Ir directamente a la información del producto
1 de 9

Machenike

Ratón L8 Pro (inalámbrico de 2,4 GHz)

Ratón L8 Pro (inalámbrico de 2,4 GHz)

Precio habitual R$ 489,00
Precio habitual R$ 645,60 Precio de oferta R$ 489,00
Oferta Agotado
Los gastos de envío se calculan en la pantalla de pago.
Color: Preto

El Machenike L8 Pro es un mouse inalámbrico para juegos de alto rendimiento, equipado con el sensor Pixart PAW3395 y una tasa de sondeo de hasta 8K con cable y 2K inalámbrico , lo que garantiza una precisión extrema y una respuesta instantánea.

Cuenta con una base de carga magnética con iluminación RGB , switches Kailh GM8.0 con una vida útil de hasta 80 millones de clics , así como una rueda de desplazamiento con modo táctil o de giro libre. Su diseño es ligero y simétrico, con un peso de tan solo 83g , ideal para largas sesiones de juego.

Características principales:

  • Sensor óptico: Pixart PAW3395 (hasta 26.000 DPI | 650 IPS | aceleración de 50 G)
  • Tasa de sondeo: 8 KHz (con cable) y 2 KHz (inalámbrica)
  • Conectividad: Tri-modo — 2,4 GHz, Bluetooth y USB-C
  • Peso: 83g (ligero y bien equilibrado)
  • Microinterruptores: Kailh GM8.0 Black Mamba (80 millones de clics)
  • Rueda de desplazamiento: modo táctil y giro libre ajustable
  • Base de carga magnética con iluminación RGB
  • Batería: Hasta 85 horas de uso continuo
  • Iluminación: RGB dinámica en 3 zonas + base
  • Personalización avanzada: 9 categorías de configuraciones y todos los botones programables
  • Patas de ratón: 100 % PTFE con bordes redondeados para un deslizamiento suave
  • Chip inteligente: Realtek RTL8763ESE para un rendimiento optimizado
  • Tecnología M-Speed: conexión inalámbrica de baja latencia con rendimiento de alta precisión

Compatibilidad: Windows, macOS, Android y cualquier dispositivo con soporte USB o Bluetooth.

El Machenike L8 Pro no es solo un mouse... es una extensión de tu puntería, tu estrategia y tu juego.

Ver todos los detalles

Reseñas autotraducidas, ¡porque el conocimiento compartido es poder! Simplemente no podemos garantizar que el traductor no convierta un “gran producto” en una “piña voladora”.